NUEVA YORK._ Cientos de bailadores de bachata, buscaban este fin de semana llegar al récord mundial del célebre libro Guinness, reuniendo la mayor cantidad de parejas posible en el festival anual de danzas, denominado PDVFEST y que se celebró en Providence, el viernes, sábado y domingo.
NUEVA
YORK._ Carlos González, director de la escuela de bailes “Mambo Pa Ti” en Rhode
Island, en busca del récord Guinness con bailadores de bachata en el festival
anual de danza que se celebra en esa ciudad. A la derecha, el reportero
brasileño Kevin Andrade del Providence Journal, baila con una dominicana. (Fotos
fuente externa).
En el evento participan 75.000 competidores y es seguido por 16.4 millones de espectadores a través de medios, redes sociales y plataformas digitales, dijo el alcalde de Providence, Jorge Elorza, quien dirige el comité organizador.
La actividad es patrocinada por la oficina de turismo y cultura del ayuntamiento de esa ciudad.
Uno de los requisitos para llegar al récord es la cantidad de 370 parejas, pero el dominicano Carlos González, que dirige una escuela de bailes llamada “Mambo Pa Ti” en esa ciudad y enseña a docenas a bailar bachata, dijo que tenía la meta de llegar a 800 bailadores en parejas.
El festival tuvo como escenario un área despejada en el 40 de la calle Snow en Providence.
Muchos participantes que gracias a las enseñanzas de González y sus maestros asistentes, han logrado a aprender a moverse al ritmo del género, que comenzó a emerger en los burdeles de la República Dominicana en el Siglo XX.
La mayoría de dominicanos que no saben bailar bachata, al menos profesionalmente, dijeron sentirse avergonzados, pero esperan cambiar eso de la mano de González. Uno de los competidores, Kevin Andrade, reportero brasileño del peri
Las competencias en las que participaron los bailadores liderados por González, comenzaron el viernes a las 8:00 de la noche y se está a la espera de que los organizadores contabilicen para decretar quien o quienes llegarán al récord Guinness.
“El objetivo con este registro es que necesitamos tener más de 370 parejas”, dijo González. “Mi meta es llegar a más de 800 personas”.
Wilfredo José Burgos Matos, un especialista en música afro dominicana, miembro de la organización National Endowment for the Humanities (Donaciones Nacionales para las Humanidades), dijo que muchos creen erróneamente que la música comenzó en los burdeles del país, debido a su asociación con comunidades marginadas.
“Sí, era la música de los burdeles, pero no se originó allí”, dijo Burgos Matos. “Originalmente solo se bailaba en las reuniones de patios de amigos”, explicó.
“Recuerdo uno de mis primeros encuentros con la bachata cuando tenía 10 años”, dijo González al periódico Providence Journal. “Estábamos en las fiestas patronales y estaban bailando bachata y uno de los amigos de mi tío me dijo que me fuera a bailar.
“Le dije que no sabía”.
“¿Escuchas ese ritmo?, ¡mueve tus pies!”, me respondió.
La bachata emigró con dominicanos después de que Estados Unidos suavizó las restricciones a la inmigración como un gesto de buena voluntad tras su ocupación a la República Dominicana en 1965.
En 1990, la bachata comenzó a moverse fuera de las comunidades dominicana y puertorriqueña con el lanzamiento de “Bachata Rosa” de Juan Luís Guerra, que se convirtió en un éxito mundial.
Poco después, a principios de la década de 2000, el grupo “Aventura” originado en El Bronx, irrumpió en la escena y cambió el rumbo.
“Recuerdo haber visto a Aventura gratis en un concierto aquí en Central Falls”, dijo González. “Creo que fue en 2001 y no pensé que explotarían así”.
Burgos Matos dijo que parte del atractivo del grupo fue su americanización de la bachata.
“En la década de 2000 hubo el segundo auge con el florecimiento de Aventura y la forma urbana de la bachata”, dijo. “Estos muchachos eran de ascendencia inmigrante y vivían en el sur de El Bronx, pero también estaban conectados con las raíces de sus familias. Fue una forma de representar la experiencia dominicana en los Estados Unidos”.
Los últimos años han traído más romance al género.
“Ahora las letras son más románticas, pero todavía hay algo de amargue”, dijo Burgos Matos. “Pero la aspereza y la amargura no están ahí”.
Sin embargo, para quienes bailan la bachata, especialmente los dominicanos, sirve como un recordatorio constante de su procedencia.
“Cuando pienso en la bachata, pienso en conectarme con mi familia y verlos cantar y tocar la guitarra”, dijo González.
“Pero también representa mi cultura y eso es lo más importante”, agregó.
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