NUEVA YORK._ Familiares del dominicano Jean Natera Pérez, ultimado de un balazo en la cabeza en julio por un oficial del equipo táctico SWAT de la policía del condado Montgomery en Washington DC, cuando estaba atrincherado con su hijo de tres años de edad, criticaron el uso de fuerza letal por parte del agente que lo mató, diciendo que no debieron matarlo.
NUEVA
YORK._ El dominicano Jean Natera Pérez, ultimado en julio por un policía SWAT
en Washington, DC. A la derecha, la casa donde se atrincheró con su hijo y cayó
abatido. (Fotos fuente externa)
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La policía dijo que Natera Pérez, quien emigró de la República Dominicana a Massachusetts a los 14 años de edad, secuestró al niño y se atrincheró en un apartamento. Cuando los negociadores de la policía estaban tratando de convencerlo, tiró algo en llamas hacia afuera, lo que obligó a los SWAT a entrar.
El agente Edward Cochran, con ocho años en la fuerza, le dio un tiro en la cabeza, mientras el niño lloraba.
La violenta muerte de Natera a manos de la policía, fue el desenlace de un incidente de violencia doméstica, cuando él se presentó a la casa de su ex mujer, con la que había procreado al menor.
Ella había acudido al tribunal de familia a solicitar una orden de protección (alejamiento), pero pidió que se le concedieran visitas a Natera para que viera y estuviera con su hijo al menos una vez a la semana, debido a su buen comportamiento con el niño.
La mujer dijo en la corte que Natera, se encolerizó tanto porque le reclamaron el alto volumen de la música, que rompió contra una pared el radio de CD que estaba usando y se enfrascó en una discusión insultante con su pareja.
Ella tuvo miedo y acudió a la corte, donde dijo que el hombre la arrastró por el pelo y le dio una patada en un ojo.
Un mes antes, Natera le rompió el celular a la mujer y la empujó escaleras bajo, según la denuncia.
Dilcia Natera, hermana del muerto, dijo que el policía nunca debió matarlo y que estaba tan debilitado que un tiro en una pierna o en otras partes del cuerpo, que fuera mortal, lo hubiera tumbado, o pudieron haber usado una pistola eléctrica Taser para dominarlo y arrestarlo.
“Mi hermano estaba muy deprimido”, le dijo Dilcia al periódico Washington Post, en un relato con nuevos detalles sobre el trágico incidente.
Mientras estaba atrincherado en la casa situada en la calle Mozart Drive, en el suburbio Failrnad de Silver Spring, él se cortó un dedo y escribió con sangre en una pared “te amo a ti y a tu familia", rompió platos y muebles. Cuando los negociadores de rehenes de la policía intentaron que liberara a su hijo y se fuera de la casa, se negó.
Después de más de dos horas, Natera se volvió más violento.
La policía dijo que lanzó un objeto llameante desde una ventana del segundo piso de la casa y comenzó a prender fuego a la ropa.
Sonaron las alarmas de humo, el niño gritó, y el equipo SWAT entró. Fue entonces cuando el oficial le disparó en la cabeza.
Otros policías tomaron al niño, que estaba ileso y sentado al lado de una cama al lado de un cuchillo ensangrentado y el cuerpo inerte de su padre cerca del piso.
Natera Pérez, de 30 años, murió dos días después en un hospital del suburbio Bethesda, donde llegó en coma crítica y lo conectaron a una máquina de la que fue desconectado.
Más de una docena de familiares rodearon su cama. "Que descanse en paz", dijo su padre, Juan Natera, recordó Dilcia Natera.
El enfrentamiento comenzó a eso de las 8:00 de la noche, cuando Natera fue a la casa de su ex novia. En la primera llamada al 911, la policía dijo que una mujer estaba gritando y que la que llamaba escuchaba una voz masculina que decía "te mataré" antes de que terminara la llamada.
Según la policía, Natera Pérez había ido a la casa y había visto a su ex novia allí con su nueva pareja, y los agredió antes de que huyeran. Natera se quedó adentro con su hijo.
Los familiares cuestionan el balazo mortal, diciendo que la policía magnificó la amenaza que Natera Pérez le hizo a su hijo. “Lo que parecía un caos desde el exterior, era un hombre dominado por dos emociones: querer suicidarse y querer estar cerca de la persona que más le importaba que era su pequeño hijo”, dijo la hermana al periódico.
"Fue muy triste", añadió.
Dijo que si el oficial táctico que mató a su hermano fue lo suficientemente hábil para dispararle en la cabeza, pudo haber apuntado a otro lado. "Cualquier disparo en otra parte del cuerpo lo hubiera derribado", dijo.
"Todas las vidas son importantes en estos eventos", dijo el jefe de policía del condado Montgomery, Tom Manger, en una entrevista con el Washington Post. "Pero en una situación de rehén y barricada, la prioridad es la vida del rehén".
En general, la policía no está entrenada para disparar a las extremidades para frenar una amenaza. Los oficiales están entrenados para usar sus armas de fuego en casos de amenaza inminente que justifique el uso de la fuerza letal.
Los negociadores de rehenes pasaron más de una hora hablando con Natera, en inglés y español. Los oficiales también lo vieron cerrando puertas y ventanas con muebles, dijo la policía.
"Mientras haya negociaciones, el tiempo está de nuestro lado", dijo Manger.
Pero los comandantes de los SWAT vieron una rápida escalada de violencia y peligros.
"La situación cambió cuando se observó que el señor Pérez encendió algo en llamas en la habitación del segundo piso y los oficiales vieron humo y escucharon las alarmas y el niño que gritaba”, dijo Manger.
"En ese punto, tuvimos que actuar de inmediato", dijo.
Él y otros oficiales de policía se negaron a decir cómo el equipo SWAT entró a la casa, o dónde estaba el oficial cuando disparó.
El policía que mató al dominicano fue colocado en licencia administrativa, que es el protocolo del departamento después de un tiroteo fatal, dijo el jefe policial.
Natera era uno de cuatro hermanos. Trabajó como pintor automotriz y se aferró a sus raíces escuchando música dominicana como bachata, bailando y jugando al dominó. "Era un espíritu muy vivo", dijo su hermana.
Después de mudarse a Maryland, él y su novia tuvieron un hijo en octubre de 2014 y vivieron juntos.
En abril de 2017, acudió a los tribunales y obtuvo la orden de alejamiento por presuntos ataques contra ella.
Ella le dijo al juez que Natera nunca había abusado de su hijo, según el registro de la audiencia, y que quería que él pudiera ver al niño y ayudarla a criarlo.
Sin embargo, cuando la pareja se distanció, Natera se deprimió, dijo la hermana.
"Solo quería que estuvieran juntos como familia", dijo. "Él decía que lo único que le quedaba era a su hijo".
Y añadió que su hermano no estaba en su estado mental correcto.
Ella y otros familiares caminaron por la casa de la ex novia y vieron el daño.
"La casa estaba completamente desordenada", dijo Dilcia. "Pero él nunca iba a lastimar al bebé".
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