NUEVA
YORK._ Todos los psicólogos y especialistas en salud mental definen el masoquismo como una forma de defensa,
alivio o auto castigo para determinados sentimientos.
Eso fue lo ocurrió en las elecciones presidenciales y congresuales del 19 de mayo 2024, especialmente con la candidatura del doctor Yomare Polanco, candidato a diputado en ultramar por el PRD.
Si
bien es cierto que cada elector tiene el absoluto derecho de elegir a quienes
considere sus candidatos preferidos, no es menos real que en la República
Dominicana ese derecho n o se ejerce con pulcritud ni en base a los mejores postulados, propuestas y
trayectorias de los aspirantes que figuran en las boletas de cada partido.
Los
partidos, en esencia, son los responsables directos de que sus candidaturas
estén representadas por dirigentes y / o aliados que cuenten con las
condiciones morales adecuadas, la formación académica y una labor que muestra
lo que han hecho, antes de prometer lo que harán, porque esa palabra se la
lleva el viento cada vez que pasa un proceso electoral en el que, como el del 19 de mayo, se
reeligieron diputados que nunca han dado las caras, han asumido por respuesta una
total inercia, son insensibles hasta con sus propios compañeros de partidos y,
se han convertido en los fantasmas de la diáspora.
El
masoquismo electoral que volvió a apoderarse de una parte de los perremeístas
que volvieron a votar por ellos, mostró otra vez que los dominicanos no estamos
preparados para producir en las urnas un cambio real, debido a que la
reelección de un diputado y una diputada con sede en Nueva Jersey, representa
un retroceso anacrónico que se consolidó en esas votaciones y desoyendo la
consigna de su propio partido inspirada en el presidente Luis Abinader y su
campaña reeleccionista con el lema de “No mires hacia atrás” para mantener en
sus curules a quienes en el Congreso Nacional hacen una indigna
representación de la dominicanidad en el
exterior.
Nada
de lo que ellos han prometido se ha cumplido en cuatro años ni se va a cumplir
en nada en el próximo cuatrienio porque se trata de falta de formación
ideológica y compromiso con los mejores intereses de nuestras comunidades.
¿Otra
vez los siete diputados en el exterior?
No
hay otra respuesta que no sea el masoquismo electoral de quienes, repito,
volvieron a votar por ellos, pero pienso
que cuando el error sea reconocido y el trauma y el karma caiga sobre esos
electores, entonces vendrá llorar como niños lo que no supieron defender como
hombres y ahí estará el Muro de Jeremías donde tendrán que lamentar y morder su
gran error.
Cambiar
una figura de la estirpe del doctor Polanco por incumbentes con un rechazo casi
total en las comunidades de la circunscripción #1 en Estados Unidos, fue otra
expresión del masoquismo inducido por la línea partidaria oficialista que al
parecer, no cree que cuenta con otras alternativas, excepto el caso del
empresario Cirilo Moronta, la única cara nueva en la boleta del PRM.
Si
tomamos en cuenta la respuesta que los votantes del Distrito Nacional les
dieron a quienes en la República Dominicana pretenden avasallar y torpedear a
los que emergen con liderazgos innovadores como el caso de Omar Fernández,
electo senador, veremos la diferencia.
Sin
embargo, esa decisión no fue traspolada a las urnas en ultramar.
Los
que decidieron con todo su derecho reelegir y elegir a quienes eligieron, se
arrepentirán por el resto de sus días y verán que en 2028 los resultados serán
los mismos: fantasmas en la diáspora.
Tampoco
han sido capaces los siete de integrar un bloque como legisladores de ultramar
para unidos, producir proyectos de leyes y hacer reclamos a la presidencia en
beneficio del exterior porque tampoco en estos cuatro años, se les ha visto más
de unas dos o tres veces en el Palacio Nacional.
A
pesar de los resultados, Polanco seguirá siendo uno de los más y mejor valorado
activo de la comunidad que a causa del masoquismo de la pírrica cantidad de
votantes que acudió a las urnas y lo desestimó, decidió en un suicidio
constitucional mantener en sus escaños a quienes la han traicionado.
Nadie,
antes y durante la campaña 2024, logró superar el trabajo y la proyección de
Polanco a nivel mediático, de estructura, organización, propaganda y con propuestas que sí encarnan los anhelos de
millares de dominicanos y dominicanas de la diáspora.
Respeto,
insisto, el derecho a votar y decidir en las urnas de esos masoquistas
electorales, exhortándolos a aprender a evaluar y valorar en próximos comicios en su justa quien merece
y quien no merece, que se le dé un voto de confianza para no seguir
perjudicando a nuestra comunidad en cualquier parte del mundo donde nos
encontremos.
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